Futbol: uno para todos y… ¿todos pagan por uno?

El encuentro disputado entre los equipos de Olimpia y el 12 de octubre en Itaugua marcó dos errores de visión en el marco de lo que significa un “equipo”, donde se debería olvidar el “yo” e imponer solo el “nosotros”.

Al finalizar el encuentro entre dichos conjuntos las replicas del partido se imantaron hacia el lado de las individualidades, como es el caso del jugador MARCOS GAMARRA en el onceno ganador y DARIO CABALLERO, en Olimpia.

Es de común acuerdo que los futbolistas destacados sean llamados a declarar, puesto que el público espera escuchar dichos comentarios, lo que no significa que los otros diez compañeros hayan trabajado mal esa tarde, sino que GAMARRA rindió un porcentaje más y la suerte también lo acompañó. Es decir que por el lado del triunfo, destacar a uno de los protagonistas no lastima a los demás sino que los impulsa a seguir en la lucha por mejorar en cada partido.

En el otro lado de la misma situación, puede no ocurrir lo mismo. El ejemplo en este caso es el equipo de Olimpia, comandado por su técnico Carlos Alberto Kiesse, y así también representado en la cancha por los elegidos de este. En este caso, la “culpa” y los reclamos fueron para DARIO CABALLERO, quien se equivocó en la jugada de la cual provino el gol que dio la victoria al rival.

Si hubo un error individual del jugador implica que todos los demás también se equivocaron, esto si nos regimos por la lógica de que Olimpia no es CABALLERO, sino diez más. Esto desemboca en la idea de que si DARIO no cubrió o se durmió en el ataque Itaugueño, los de adelante también se “durmieron” y no pudieron marcar.

El futbol es un juego de equipo, es el conjunto de las aptitudes y actitudes de todos los que conforman el equipo. Si uno mete el gol, ganan todos y si pierden, la culpa es de todos. Al fin y al cabo, el futbol se gana gracias a los errores del adversario, si ninguno de los dos se equivoca, no habría vencedores.