ERRAR ES DE HUMANOS

Pese a la sobriedad que muchas veces nos agobia impulsándonos a realizar lo correcto, la facultad que tiene el hombre de discernir entre lo bueno, lo malo, lo justo o lo injusto lo lleva a cometer el peor de los errores, un error que al parecer no existe, pero desde afuera se ve como la mas grande de las equivocaciones.

Al parecer la maquina perfecta que es el ser humano puede tener fallas cuando no estamos al cien por ciento y es el caso de los dos DIEGOS que integraron anoche el onceno titular de Cerro Porteño, que dirige el argentino Pedro Troglio.

Un error inesperado, una pelota impensada se convierte al instante en una sentencia del partido anímico. la desconcentracion es a la par que el nerviosismo (injustificado en atletas profesionales, pero aceptado en cualquier ser humano) el enemigo insostenible dentro de un partido de fútbol.

Diego Barreto ya era figura en el primer tiempo y durante el partido. las atajadas que se mandó anoche, dignas de un arquero de primera, se vieron vilmente afectadas por el segundo gol del equipo montevideano. Diego Herner, de un partido regular, no el mejor de los suyos, es quien se lleva la carga de la culpa, no por lo realzado en todo el juego, sino en una desconcentracion imperdonable para el transcurso que traía el partido. una desinteligencia liquida, no solo en el marcador, sino en las ganas de remontar ese resultado.

Congeniemos en que en este deporte el ganador es el que menos se equivoca, juzgando que los estudios previos y la táctica pueden no ser siempre acertadas. Pero observando el juego ante el Racing de Uruguay, el equipo Azulgrana tenía una basta superación anímica y un fútbol despreocupado a partir del ingreso de Julio Dos Santos, quien le dio ritmo al equipo de Barrio Obrero a pesar de estar abajo en el marcador.


Si bien a cerro porteño le costó levantar cabeza luego de recibir el tanto del numero 10 uruguayo, logró descontar minutos antes del final.

En definitiva, el ser humano es eso, humano, y ni una preparación de años, ni siquiera al mejor de los expertos, fuera cual fuera el campo en el que se desenvuelva, se le podría reprochar un error, de estos, se aprende.